Pasos de realización.

 

La mejor cosa del mundo

¿Cuál es la mejor cosa del mundo? Las rosas de junio perladas por el rocío de mayo; El dulce viento del sur diciendo que no lloverá; La Verdad, con los amigos despojada de crueldad; La Belleza, no envanecida hasta agotar su orgullo; El Amor, cuando somos amados de nuevo. ¿Cuál es la mejor cosa del mundo? Algo fuera de él, pienso.

Elizabeth Barrett Browning.

 

Rasgos.

La sensibilidad intelectual, la sensitividad, la sutileza, la intuición, la comprensión, la compañía, el afecto, la verdad sin crueldad... aún nos parecen cosas de otro mundo, las desahuciamos muchas veces porque tenemos miedo a que desmonten todo lo que hemos conocido y nuestros "logros" se desvanezcan en egos heridos que toque sanar.

Hemos ido posponiendo tanto su reconocimiento, que nos topamos con la incertidumbre de no saber cuál es la realidad y con la angustia de no saber por donde empezar. Llevamos tanto tiempo ocultos que nos asusta la libertad. Pero es normal, todos necesitamos seguridad.                      La intemperie, la improvisación constante, el ambiente adulterado, el horizonte lejano, no son en muchos casos, lo suficientemente maduros como para sustentar el presente. Así que volvemos a recalcular los pasos entre cortos pero certeros y grandes pero arriesgados, en una especie de reconciliación con el sistema. Una reconciliación con el sistema que solo es posible con una subjetividad elevada. Lo material y tangible también es prioridad pero tiene otras formas e incluso otros fines.

G.K. Chesterton en su obra: «Lo que está mal en el mundo», decía que la eterna educación consiste en estar seguro de que algo es lo bastante seguro como para atrevernos a decírselo a un niño. Pero si no han habido pasos grandes en algunos terrenos, ¿qué tipo de esperanza les estamos inculcando?, y ¿qué tipo de valor frente a su vulnerabilidad.? Es obvio que nadie relaciona el imperio romano con la Roma actual, quizás para grandes movimientos no sea útil seguir poniendo como ejemplo la historia tan antigua y su jurisdicción territorial como gran logro, quizás necesitan de cambios más actuales que no tengan su base puesta únicamente en el avance material y científico, quizás sea que la seguridad venga también de un modo de vida, un avance social donde se sientan integrados con todas sus aptitudes, aunque éstas sean subjetivas y no las puedan demostrar sino enseñar (enseñar: dar señales de algo, dejar aparecer, exponer algo para que sea visto y apreciado) Enseñar requiere de fé, en uno mismo y en los pequeños o grandes receptores de las enseñanzas. Y hablo de fé porque no sólo basta con creer que es posible, sino que es necesario obedecerle a esa creencia para que se convierta en una realización. Que en verdad alguien pueda aprender algo de lo que les estás contando. Y además para que pueda ser útil, que esté avalado por un cierto número de personas. Para todo ésto se requiere actitud, ganas de aprender y escuchar activamente lo que quieren expresar. Además de ver la belleza de la inocencia salvaje, aquello que aún no está perturbado por otras creencias. Es todo un mundo subjetivo al servicio de un objetivo: el cambio.

Los derechos humanos apoyan la : "Libertad de adoptar, cambiar o renunciar a una religión o creencia" Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Este derecho comprende la libertad de tener o de adoptar la religión o las creencias de su elección. También tiene en cuenta la abstención de dichas creencias y protege que son rebatibles, con lo que el creyente o librepensador debe aceptar esa posibilidad de desacuerdo. También el cambio de opinión o creencia está incluido en el derecho a ejercer esta libertad. Todo ello siempre que no interfieran de forma violenta sobre los demás.

¿Pero qué ocurre con la violencia subjetiva? Es un tema complejo porque tiene extremos peligrosos.

Hace unos días leía un artículo en el que se hablaba del famoso caso de las brujas de Zugarramurdi, por ser tan numeroso en condenas y porque fue un antes y después en la persecución de la Inquisición en España. Cuento ésto porque la percepción sutil siempre ha sido considerada como "brujería" y aunque sin profundizar demasiado, sí me gustaría dar unas pinceladas de lo que ha llegado hasta nuestros tiempos. Después de aquellos juicios y de considerar todo ese extenso mundo como algo oscuro, precisamente por no precisar de forma concisa su origen, ni su intencionalidad, pasó a ser claudicado el tema ( y con ello en aquel momento la persecución) a la negación total de su existencia.( Ignorar frente a ignorancia) Cito textualmente una parte del artículo que dice : "[...]desde el punto de vista de Alonso de Salazar y Frías (1564-1636), el inquisidor que trató de detener la histeria colectiva y consiguió que la Inquisición Española declarase que no podía perseguirse la brujería porque esta no existía, acabando con la superstición décadas o siglos antes que otros países de Europa.

Hay cosas que no tiene sentido cortar de raíz, que no se pueden anular porque no sé comprendan o porque es inconveniente o molesto. Son asuntos maleables, que adquieren diferentes formas y nos llevan a entender la vida no como una línea recta sino una sinuosa carretera con curvas que según la exploramos vamos captando el punto de equilibrio y deja de marearnos.

Como lo sutil es tan indefinido, hablamos de los dones subjetivos. Con ellos desarrollamos empatía pero también conocimiento del medio en el que nos estamos moviendo , identificación de señales que muestran las distancias y las formas y evidencian también la violencia ambiental y las herramientas para preservar la energía.

 

Verónica Esteban Esteban.


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