Abejas. Simbología de la alquimia.

Las abejas son unos seres ancestrales que se estima que aparecieron sobre la faz de la tierra hace 130 millones de años, en el Cretácico temprano, poco después de la existencia de las primeras flores, lo que hace que su maestría siga siendo sorprendente y enigmática para todos nosotros. El ser humano ha sentido por ellas, no sólo un admirable ejemplo de supervivencia y superación, sino también una inclinación simbólica hacia su sentido de transformación. Elena Poniatowska, en su obra, "Leonora" dice: "La finalidad de la vida no es prosperar sino transformarse. Cuando uno se lanza a lo desconocido se salva", lo que me recuerda a esa voluntad de transferencia de las propias abejas a lo largo de su existencia, armónica a la incertidumbre y respecto a la diversidad propia de la naturaleza. Han sido relacionadas con la vida, tanto en su faceta de esplendor como de muerte, como seres de transición y transformación del alma humana, en las culturas antiguas egipcia, sumeria, druida, hindú..., incluso en la gallega donde existió un rito funerario en el que los asistentes al velorio simulaban una danza circular para acompañar al alma del difunto a otros planos. De su sofisticación constructora hexagonal podemos deducir que no son las matemáticas las que constituyen el universo, sino la geometría, cuya proporción espacial hace que coexistan parámetros complementarios que darían sentido a la correlación de opuestos. Así Nassim Haramein dice que:" Las matemáticas no son el lenguaje del universo. La geometría es el lenguaje del universo. No es como si el universo escribiera ecuaciones. El universo está organizado con relaciones de proporción. El universo está organizado con relaciones de geometría. Y desde allí inventamos símbolos para describir esa geometría, que llamamos matemáticas. "El principio de retroalimentación no es lineal. De lo contrario, ¿cómo habrían aterrizado la abeja y la flor en el mismo planeta?"

Además del cuidado que profieren al conjunto de la madre tierra de la que todos formamos parte, se pueden vislumbrar los rasgos esenciales de su fortaleza. Y como dijo Aldous Huxley: "El carácter es una voluntad fuerte, dirigida por una consciencia tierna", puesto que todos los días cruzamos la línea entre el bien y el mal en cada elección, elijamos siempre el amor que nos mueve y nos muestra la perfecta comunión entre el hombre y el entorno de éstos seres tan increíbles y su dulce néctar propio de dioses.

Las abejas han estado unidas al hombre desde los comienzos de la humanidad, así lo muestran las pinturas rupestres, las primeras incursiones en la acuñación de monedas y la mitología de las grandes civilizaciones que recogen el simbolismo de la dulzura de la miel, y de los rasgos típicos de éstos seres, con el acercamiento a la divinidad, la abundancia, la transformación y la inmortalidad.

Una breve cata de estas mieles puedes leer aquí: 

Mitología africana:se creía que el primer humano creció a partir de una semilla plantada por una abeja dentro de una mantis.

Mitología egipcia: para ellos las abejas nacieron del impacto de las lágrimas del dios del sol Ra con la arena del desierto. Además en primavera sacrificaban un toro que introducían en un pequeño templo y esperaban a su putrefacción por la creencia de que surgiría un enjambre de abejas de ella. 

Mitología maya: Ah-Muzen-Cab es uno de los dioses mayas de las abejas y la miel y uno de los héroes gemelos mayas, Xbalanque, también se asocia con las abejas y la apicultura.

Mitología asiática: en las culturas antiguas de Oriente Próximo y del Egeo, se creía que la abeja era el insecto sagrado que unía el mundo terrenal con el inframundo.

Mitología griega: Hay varios dioses que están asociados con las abejas. Aristeo, por ejemplo, es el dios de la apicultura. Los grandes escritores clásicos recogieron las creencias egipcias de que a las almas de los antiguos se las llamaban abejas y que su procedencia del toro hacía que las nuevas encarnaciones fueran de origen bovino. Sófocles escribió: "Un enjambre de muertos zumba y marcha a lo alto." Las sacerdotisas de Démeter eran llamadas abejas, a Perséfone le llamaron meliflua, incluso a la luna por considerarse protectora de la procreación, le llamaron también abeja, además de su relación intrínseca con el toro, afirmaban que la luna es el toro y el toro, la exaltación de la luna y por eso las almas descendían de la luna en forma de abejas.

Mitología sur de Italia y Creta: la Diosa Madre se representa con forma de abeja porque tiene antenas como un toro y alas con forma de cuartos crecientes lunares.

Folclore en Gran Bretaña: recogiendo viejos mitos indoeuropeos, en estas zonas se creía que el comportamiento de las abejas variaba con los acontecimientos, así su zumbido era especial en días como Nochebuena y se les comunicaba cualquiera de los eventos importantes de la familia (especialmente los nacimientos y las muertes). Era vital para mantener las abejas contentas y felices en su colmena.

Han estado presentes en el derecho romano donde se planteaban el respeto a su estado de libertad clasificando como abejas salvajes cuando decidían salir de una colmena y establecerse en otro lugar ( con lo cualquiera podía apropiarse de ellas) o amansadas cuando conservaban la costumbre de volver a la colmena con lo que se consideraban propiedad del apicultor. Lo que recuerda a la propiedad intelectual y su jurisdicción.

En astrología, las diosas de Géminis son símbolos de inteligencia y sabiduría, representan el principio de movimiento , todo nace de una idea, a su vez este principio ha sido representado en el mundo nórdico por la runa Fehu, que a su vez significa vaca, de nuevo el origen bovino sale a relucir. La energía de Géminis es el resultado de la fuerza de Aries incidiendo sobre el inamovible Tauro, de nuevo un toro. Si tenemos en cuenta que Géminis está regido por Mercurio, podemos enlazar con la alquimia tradicional que dice:" Las abejas forman un solo conjunto que tiene como objetivo elaborar su propio alimento espiritual o Mercurio Interno Liberado. Para su nutrición las abejas recogen del exterior el néctar más oculto: el Alkahest que necesitan para trasmutar sus alimentos. Las abejas se asemejan a aquellas partículas más limpias de nuestra materia, que son capaces de someterse al Solve et Coagula para atraer al Alkahest y mantener el curso de la Gran Obra." Obra de la que las ideas vuelan como un símbolo universal de virtudes éticas, tales como la diligencia, la sociabilidad, la pureza, la limpieza, la sabiduría y la creatividad.

 

Verónica Esteban Esteban.


"DILES QUE CAMINEN POR LA SOMBRA. QUE ESCUCHEN CON LOS OJOS, QUE VEAN CON LA PIEL Y QUE SIENTAN CON LOS OÍDOS, PORQUE LA VIDA NOS HABLA A TODOS Y SÓLO DEBEMOS SABER Y QUERER ESCUCHARLA, VERLA, SENTIRLA."

El murmullo de las abejas.

Sofía Segovia


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