Las líneas del tiempo.

"Cada momento y cada acontecimiento en la vida de una persona en la tierra, planta algo en su alma."

Thomas Merton.

«De la conciencia de las verdaderas condiciones de nuestras vidas es de donde debemos extraer la fuerza y las razones para vivir».

SIMONE DE BEAUVOIR.

Las líneas del tiempo.

El reconocimiento de las líneas que nos mantienen conectados y la gratitud por su recorrido, forman parte de una frecuencia de alta responsabilidad y vibración.

Navegar a través de las nuevas formas de comunicación, percibir la realidad mediante los sentidos, paso a paso ir haciendo conscientes las conexiones con otras personas en diferentes planos con los diferentes cuerpos.

Soy consciente de que hay un montón de teorías para explicar todo ésto, tan especial para mí, pero permitirme sentir el proceso sin demasiadas propuestas preconcebidas me deja mucho espacio para impregnar de maravillosos matices cada palmo del camino, para perfumar rincones de inocencia, y sobre todo, para enviar señales de asombro y alegría a un universo que recibe mi gratitud con más abundancia aún de la ya recibida.

A medida que envejecen, los árboles crecen del centro hacia afuera, y cada año se crea un nuevo círculo de madera muerta alrededor del tronco. En ese anillo se puede encontrar información relacionada con la precipitación, la temperatura y otros datos correspondientes a ese año.

Profundizar en el simbolismo del árbol familiar nos permite hacer conscientes patrones que hemos venido a sanar, iluminar todo aquello que hemos empujado a la sombra y evolucionar en lo que acordamos antes de encarnar aquí en la tierra como tareas pendientes y que aquí pueden encontrar su enfoque desde antes de nuestra concepción.

Existen unas directrices muy útiles para empezar a recorrer los anillos de éste gran árbol, que relacionan la posición de llegada a éste mundo con la rama familiar que predominantemente venimos a fortalecer. Contando con todos los miembros nacidos y no nacidos, por igual. Así el hijo/a que llega en primer lugar se relaciona fuertemente con la rama paterna, el segundo lugar se identifica con la rama materna y el tercer lugar corresponde a personas liberadas de ésta marcada dirección, haciendo un paréntesis de rebeldía hacia el árbol, aportando frescura y nuevas perspectiva. El cuarto lugar vuelve a relacionarse con la rama paterna (aunque después de ese paréntesis con nuevo enfoque), el quinto rama materna, el sexto marca de nuevo diferencia y salto evolutivo. No es de extrañar que antes, las familias eran mucho más largas en número, buscando de forma inconsciente una evolución más rápida para el grupo, trabajando de forma exhaustiva el concepto de unidad, asegurándose el trabajo personal con disciplina, rutinario y con énfasis en aprender todos los días. La sanación del árbol familiar, tiene repercusión tanto hacia atrás, caminando sendas que empezaron nuestros ancestros, como haciendo caminos, carreteras y hasta autopistas para todos los que llegaron después de nosotros y los que están por venir, según se van haciendo conscientes estos acuerdos álmicos.

Además aplicando éstas pautas, podemos ampliar el campo de perspectiva, prestando atención al lugar que ocuparon nuestros padres como hijos; así, si yo ocupo, por ejemplo, el segundo lugar y recae sobre mí el peso de la rama materna, y mi madre ocupó el primer lugar como hija, siendo éste propio de su rama paterna, yo puedo conocer patrones específicos a evolucionar, enfocando la vida de mi abuelo materno. El simbolismo puede aplicarse desde multitud de campos, usar numerología tradicional para relacionarlo con nuestra posición dentro de la familia, e incluso si es un número grande de miembros, aplicar el enfoque en las personas que ocupan los lugares 3, 6 y 9, a modo Nicola Tesla, para envolver a todo el clan.

También es fuerte la conexión entre miembros que han nacido y/o muerto en el mismo número de día, e incluso con un margen de días tanto antes como después, destacando los que se dan en el mes que ocupa el mismo lugar si dividimos el año en trimestres. Por descontado, todos y cada uno de nosotros, sanamos nuestro linaje femenino, simplemente con el hecho de gestarnos y nacer a través de ese maravilloso canal, como agradecimiento, honrando el papel fundamental de la mujer y todo lo que representa. Continuamos con la sanación de memorias uterinas, que todas ellas ya comenzaron. Recogemos información energética muy valiosa y colaboramos con la parte que nos corresponde como seres humanos. En el útero de nuestras madres se contienen energías de todas nuestras ancestras de forma directa (nuestra madre habitó el útero de nuestra abuela, ésta de nuestra bisabuela,...), además de que cada útero está impregnado de la energía sexual que se crea de la unión de nuestro linaje femenino con nuestro linaje masculino, siendo ésta una fuente de información del clan en concreto y de la existencia de la humanidad por relación directa, infinita. Todo lo que ha sucedido en tu vida es una sincronía perfecta, para que tú y todas las almas relacionadas contigo puedan crecer con exactitud de la manera que necesitaban y deseaba crecer. Honrar mis linajes es honrarme a mí en mi existencia.

"Mi actitud es que, por muy dura que sea la vida, lo que importa es hacer algo interesante con ella. Y esto tiene mucho que ver con el mundo físico, con mirar las cosas, la nieve y la luz y el olor de la puerta y todo aquello que constituye a cada instante tu existencia fenoménica. Qué gran consuelo... saber que estas cosas persisten en su ser y que puedes pensar sobre ellas."

Anne Carson.

Escuchamos y percibimos la rima de la vida, enlazando aquello que vibra en sintonía, uniendo esos fenómenos con terminaciones similares para cabalgar sobre las líneas de la compresión. Tienes el universo en tus manos para dar y recibir. Las personas tardan toda una vida en comprender lo que se desprende porque estamos constantemente creando para alcanzar nuevas perspectivas y verdades más profundas, ese es el ciclo de muerte y renacimiento que sirve como base para dar luz a nuestros sueños.

Cuando algo se apaga no muere de una forma estática como tal, aunque lo parezca, sino que está moviéndose en otro plano, así el color negro que habitualmente se relaciona con la oscuridad se puede producir combinando los colores de luz secundarios: cian, mezcla de verde y azul, magenta, mezcla de azul y rojo, amarillo, mezcla de rojo y verde. Mientras que cuando algo se enciende, ya proviene de otras brasas... dando la condición de que combinando los colores luz primarios: rojo, verde y azul se produce el color blanco, asociado a la luz. Muerte y renacimiento son multicolor aunque los veamos en blanco y negro.

"Y si no hubiese luces que se apagan, las luces que se encienden no alumbrarian." Antonio Porchia.

Desde los albores de la humanidad, veneramos este proceso de muerte y renacimiento, aquello que es representativo al cambio y la fuerza oculta que lo impulsa.

Una tarde, había hecho una parada en los alrededores de un camino y al lado de unas ruinas de una ermita antigua, que habían albergado también un pequeño cementerio con los restos ancestrales más remotos que podía recordar mi padre.

Un amigo arqueólogo me había comentado una vez, que la memoria viva solo puede retroceder unos trescientos años, me pareció toda una hazaña para la memoria de un octogenario más cerca de la novena que de la octava...una maravilla para mis sentidos que despertaban para captar, precisamente, lo oculto tras el legado, una parte de la historia, aún fresca. Cuando alguien alberga esos recuerdos, muchos de ellos ritualizados de diferentes formas, colores, sensaciones o dolores, tiene su fin en recordar algo para ser considerado, tanto en su evolución como en su resolución. Recordé aquella cita de Susan Sontag: "Pero el paisaje de la desolación sigue siendo un paisaje. Hay belleza en las ruinas."

Uno se pregunta que sentido tiene postrarse ante el dolor de los demás, ahora que teatralizamos nuestros miedos con humor, a cambio de una caricia de dulzura, una sonrisa de complicidad o una carcajada liberadora. Los medios son diferentes, la búsqueda, parece la misma cuando se observa a vista de pájaro: comprender los ciclos de la vida en sentido práctico y también espiritual.

A la vuelta, porque todo vuelve tras el receso, me encontré presente en lo que describía Adam Zagajewski en Tierra de Fuego: "Volví a la ciudad donde fui niño y adolescente y un viejo de treinta años. La ciudad me recibió con indiferencia, los megáfonos de sus calles murmuraban: ¿no ves que el fuego todavía arde?¿no oyes el estrépito de las llamas? Vete. Busca en otro lugar. Busca. Busca la verdadera patria." Esa búsqueda existencial de todo ser que surge cuando pierde el sentido del tiempo.

El paisaje conocido había desaparecido por completo y para relajarme recité mentalmente unos versos de un poema de Leonard Cohen: "Quizá una mente se abra en este mundo, quizá algún corazón se empape bajo la lluvia."

El ciclo de la vida se restaura constantemente y nuestra energía con él. El sol entra por el valle cubriendo con su cálido manto las aguas que fluyen desde el subsuelo, elevando las memorias de la tierra en la que se han nutrido hacia el cielo para ser renovadas. Viajan empujadas por el viento a otros lugares y en muchas direcciones, para dejarse caer de nuevo con otra vibración, en forma de abundancia compartida, completando la espiral de los tiempos, de la tierra al cielo y de nuevo aquí y ahora, con otra frecuencia depurada y rehabilitada. Descubrir esa conexión con lo divino que guía nuestros pasos, nos orienta y nos redirecciona siempre, aunque sea más evidente cuando perdemos el norte.

Cuando despierta el alma del norte despierta nuestra conexión abierta y profunda con la naturaleza. Pues ella es parte de nuestra esencia más pura y salvaje, aquella naturaleza humana en perfecta comunión con el universo.

Perfecta tal y como es para su propósito. Diferente y sabedora de su parte en el proceso. La que sabe de sí misma y se para a observar como se desarrolla todo a su alrededor. La que comprende y respeta lo ajeno, por su visión periférica con perspectiva. La que convierte reacción por acción productiva. La que ama profundamente el verdadero significado de lo que contempla, playas que esperan y mares en movimiento, los vastos bosques y las poderosas montañas, los exuberantes prados y campos rodados. La noche oscura y el sol que brilla sin recelo, las estaciones secas y las que auguran grandes cosechas, la exposición honesta en calma y el frío viento en invierno. La que considera cada parte de lo que habita como fuente de inspiración pues explora, contempla y admira con ellas, dejándose llevar hasta la finalidad última que se encuentraprecisamente en su origen.

Cuando siento mi alma del norte fluyendo como agua clara de manantial y me permito permanecer conectada a ella, descubro verdades más profundas y llego a percibir el sentido del Samsara.

Se da el nombre de SAMSARA, al repetido ciclo de nacimientos y muertes por los que pasa el alma espiritual condicionada durante su permanencia en este mundo material, desde tiempo inmemorial la entidad viviente se encuentra viajando a través de innumerables especies de vida, utilizando para ello el " carruaje" de un determinado cuerpo, que le ofrece la energía material.

Este ciclo de repetidos nacimientos y muertes es evolutivo, es decir que el alma espiritual es gradualmente promovida a encarnarse en especies de vida cada vez más inteligentes. Una vez que el alma espiritual consigue obtener un cuerpo humano, corre el riesgo de descender nuevamente en el ciclo de SAMSARA hacia una especie inferior, si es que no se dedica al cultivo de la vida espiritual, en la forma humana de vida, se toma en cuenta el conjunto de acciones y reacciones en que incurre la entidad viviente, esto recibe el nombre de Karma, que será lo que determinará el siguiente tipo de cuerpo que reciba el alma condicionada.

No debemos olvidar que en esta misma vida ya estamos cambiando de cuerpo continuamente, porque hemos tenido un cuerpo de niño, luego un cuerpo joven, luego un cuerpo de adulto, etc. Y con estos cambios se presenta una oportunidad para conocer esa evolución oculta que también se está dando. Pues el viento sopla para impulsar a la pluma, no para que se desvanezca y así, más ligera y con un suave ritmo aterriza en la verde hierba.

El entonces se vuelve ahora y cuando llegues al final de lo que debes saber estarás al principio de lo que debes sentir. (Khalil Jilbran).

 

Verónica Esteban Esteban.

 


Este roble de la fotografía, junto con otros que también tienen ese tipo de reseñas, están situados en la dehesa de Monasterio de la Sierra, en Burgos, España.

Los paisanos que se dedicaban al pastoreo, solían reunirse en esta zona en algún momento de la jornada y dedicaron tiempo a marcar los árboles para medir el retoño de cada año; de ésto hace aproximadamente unos 70 años.

Posteriormente algunos lugareños prosiguieron con la tradición para dejar abiertas las páginas de la historia de los robles de cuya lectura y visualización podemos disfrutar todos.


Los árboles son muy representativos tanto de la vida natural como de la naturaleza humana.

Este singular árbol de formas caprichosas, nodos y voluptuosas redondeces, marca una considerable diferencia con el resto de árboles del entorno.

Se encuentra también en las inmediaciones de Monasterio de la Sierra, en Burgos, España, y no habían reparado en su existencia hasta que en un paseo, mi padre, dió con su fortuito hallazgo.

Es curioso como algo tan extraordinario puede pasar desapercibido durante largo tiempo aún permaneciendo en una zona de paso. Sus formas desde alguna perspectiva nos recuerdan a un útero, símbolo de lo femenino, aunque también dan lugar para ver otras opciones, como una cornamenta y la silueta de un ciervo, como los que habitan por la zona y usado con frecuencia como símbolo del sagrado masculino.

La creatividad está servida.

"Los antiguos imaginaban su mundo en dos mitades: masculino y femenino. Sus dioses y diosas trabajaron para mantener un equilibrio de poder. Yin y yang. Cuando el hombre y la mujer estaban equilibrados, había armonía en el mundo. Cuando estaban desequilibrados había caos."

 

DAN BROWN, El código Da Vinci.



En este álbum podrás encontrar inspiración visual para dar soporte a tu creatividad en relación al texto, puedes hacer un ejercicio de relación simbólica guiada por la esencia de tu Kokoro. Deja que sea una o varias de las esencias primordiales quienes arriben en las imágenes y anota lo que te sugieren. Si quieres compartir tus descubrimientos o aportar nuevas curiosidades no dudes en usar el formulario que tienes a continuación. También puedes comentar tus impresiones en el apartado de comentarios, si lo deseas, y aparecerán como estación para otros viajeros. Buen viaje


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Comentarios

Mª Concepción Esteban Esteban
hace 2 años

Me gusta mucho la sección y lo que escribes es hipnótico.

Verónica
hace 2 años

Muchas gracias Conchi por tu sensibilidad. Estoy muy agradecida por abrir una puerta a la creatividad y que la cruces con tanto cariño.🙏🏻

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