Creyentes.

Creer es aceptar la verdad o la realidad de algo sin necesidad de inquirir si las pruebas son suficientes o no. Más allá de verdades irrefutables, pues la misma ausencia de exactitud que está de algún modo impresa en la palabra es la que nos predispone a una receptividad de apertura para el saber, son verdades subjetivas que impulsan al siguiente escalafón dentro de la jerarquía del ser.

"Inspiré profundamente y escuché el antiguo estribillo de mi corazón. Yo soy yo soy yo soy."

«La campana de cristal», Sylvia Plath.

Siempre se han creado parámetros complementarios para iniciados en esta búsqueda; desde religiones, ritos ancestrales, visiones filosóficas, tintes literarios y fantásticos, y por supuesto investigaciones científicas que hacen uso de creencias como base para crear ideas y con todo ello amortiguar el impacto de las creaciones físicas, intelectuales o espirituales que colman y calman las diferentes inquietudes, en resumidas cuentas del ser y los seres que lo acompañan. Es la fuerza que nos define y nos une. Y quizás el saber no ocupe lugar para seguir generando espacio precisamente a nuevas creencias.

"Al creer apasionadamente en algo que todavía no existe, lo creamos. Lo inexistente es todo lo que no hemos deseado lo suficiente".

Franz Kafka.

Neurólogos y psicoanalistas como Sigmund Freud o Carl Gustav Jung son inminencias en el terreno científico, que analizaron cómo creencias limitantes en el inconsciente del individuo precisan de un estudio profundo para encontrar aquello que subsiste en los laberintos del alma humana y la desestabilizan. Complejas son la mente y la memoria emocional que alimentan miedos y controversias en la psique. 

"Cuanto más se acerca un hombre a la calma mental, más se acerca a su fuerza".

Marco Aurelio.

Muchos y variopintos ejemplos y ejercicios aparecen a lo largo de la historia de la humanidad relacionados con la maestría del ser. Quizás uno de los más carismáticos sea Dante Alighieri y la descripción del infierno, purgatorio y cielo, que hace en su obra "La divina comedia." Carismático porque hace referencia a la jerarquía más extendida, usando términos familiares en el contexto religioso. Aunque la disposición de arriba y abajo sea mucho más antigua con alusión directa a Hermes Trismegistro, el Yggdrasil o árbol de la vida, del mundo nórdico y sus nueve reinos, incluso la Kabbalah y su interpretación mística.

 

 

"Quien sabe de dolor, todo lo sabe".

Dante Alighieri.

Podemos decir que para Dante el dolor era el motor de arranque en la búsqueda de la excelencia, de la perfección, de la divinidad, y que se encontraba en la raíz, en la base de un entramado de ruedas que iban girando para propiciar la ascensión a otros planos. Además de las alegorías que hacen referencia a uno mismo, comparte la posibilidad de acercarnos a la comprensión de lo que sucede en esos lares compartidos con otros, donde los que allí se encuentran están tan convencidos de que no se puede salir, que te muestran sus bajos fondos sin pudor.

El purgatorio es un lugar de intersección, un no lugar, porque está en el limbo de la culpa y el perdón, ambos ficticios y volubles, si se han ido moviendo las ruedas en el sentido ascendente, o como arenas movedizas que te devuelven más rápido o lento a la escala inferior si se giran en sentido contrario. Como un reloj que suma y resta a la vez proporcionando la sensación de estar fuera del tiempo.

Inevitable encontrar referencias a la rueda de la fortuna del tarot, donde todo encaja o nos encajonamos. Nos enseña a pensar en grande para comprender que hay algo más allá, para evolucionar y trascender.

 

 

"El amor mueve el sol y las estrellas."

Dante Alighieri.

El paraíso deriva de la constancia, la justicia divina reside en la creación equilibrada, es decir, de no llegar a tocar los extremos. Pero para ello hemos de ser conscientes de que existen y en qué momento nos acercamos a ellos. El pulso de la balanza será tan sensible como derivemos en emociones y tan certero como analicemos la situación. El trabajo de campo que hemos hecho y la perseverancia que nos ayuda a seguir serán los que nos proporcionen estabilidad y flexibilidad, confianza y generosidad, en nuestro horizonte. Así como las certezas, el amor no existe como algo que poseer, sólo lo que con él hagamos dejará estelas a su paso. 

Se dice que muchas construcciones catedralicias se realizaron en base a la propuesta dantesca, como la Catedral de León, información que puedes ampliar en el enlace   https://www.esenciadekokoro.es/blog/atravesando-la-belleza

Imagino que como constructores que somos, sacamos de la cantera de nuestras raíces las piedras, las cincelamos y las elevamos hasta afinar las agujas que tejen los confines del universo.

"Al final he comenzado a creer en algo que yo llamo la "Física de la Búsqueda", una fuerza en la naturaleza, gobernada por leyes tan reales como la ley de gravedad, la regla de la Física de la Búsqueda es algo tan real como esto: Si eres lo suficientemente valiente para dejar atrás todo lo cómodo y familiar que puede ser, cualquier cosa, desde tu casa hasta amargos resentimientos y llevar a cabo un viaje en busca de la verdad sea externa o internamente, si realmente deseas ver absolutamente todo lo que te pase en ese viaje como una clave y si aceptas a todos los que conoces como un maestro y ante todo si estas preparado para enfrentar y perdonar algunas verdades complejas sobre ti mismo entonces la verdad no se te oculta."

Liz Gilbert.

Pues eso, el amor y la verdad van de la mano, y están en nuestras manos, si nos dejamos encontrar.

Verónica Esteban Esteban.


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