La partida. Líneas enlazantes.

Trabajo de campos.

La entrada al bosque es la mirada misteriosa, inesperada suerte acompaña al valor frente al destinatario. Que el temple te acompañe mientras alzas la vista y rodeas la visita. Es una antigua danza de reajuste, entrar es unir, si no extiendes el miedo sostienes la sensibilidad y si no expandes el ego creas sostenibilidad. La búsqueda de un espacio seguro alza la conexión, confías en las sombras que cobijan y recuerdas sus raíces profundas. Uno frente a otro ya es una batalla perdida, donde se hace imprescindible mantenerse unidos en la contienda, quien lo sabe conoce la salida y lo lleva a la práctica. Quien duda cae en la tela del juicio donde tejerá una nueva red para volver a elevarse. El bosque es un abrazo grande y pintoresco, surtido de variedades de árboles y ondulaciones, capas perfiladas y canales accesibles, la comunicación de la vida. La belleza de nuestra empresa diaria.

Verónica Esteban Esteban.

"Dios mueve al jugador, y éste la pieza.

¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza?"

J. L. Borges.

 

La partida. Líneas enlazantes.

En la vida jugamos constantes partidas internas, saber que nosotros somos los únicos jugadores, excluye a todos los demás como contrincantes lo que hace que cada movimiento sea más fluido.

Responsabilizarnos de esto además de connotar el nivel de madurez emocional en el que nos encontramos, permite sentirnos más livianos también en la forma en que nos respetamos a nosotros mismos y a posteriori la forma en que nos relacionamos con los demás.

Cada color dispuesto a cada lado representa la dualidad en la que nos movemos sea ésta luz y oscuridad, valor y miedo, perdón y culpa......esto nos permite vislumbrar un próximo movimiento que siempre será hacia delante. Como siempre, cada uno tiene la capacidad y opción de elegir, de qué lado juega y hasta dónde dura la partida.

Y si esta partida no acaba como esperas, la vida misma te dará otras formas de jugar y muchas más estrategias.

El viaje hacia nuestro centro, requiere y precisa del perfeccionamiento y el equilibrado de todas esas fuerzas y potenciales presentes en nosotros.

En la naturaleza encontramos ese simbolismo a través de los cuatro puntos cardinales y el movimiento circular de las estaciones para aprender a explorar y dirigir nuestra intención hacia donde experimentamos un reajuste.

En una partida de ajedrez nos movemos como lo harían los pasos del Destino en un misterioso baile jugado por las piezas blancas y negras sobre los escaques del tablero, en un ejercicio de retrospección e introspección al mismo tiempo, jugamos con todas las posibilidades que han formado nuestros movimientos y las respuestas ajenas a nuestra conciencia en el momento en que se estaban dando y por eliminación conoceremos la casilla que nos espera. Partiendo de una posición determinada en el tablero, vamos reconstruyendo la partida hacia atrás para comprobar cómo se llegó a esa situación. Una especie de ajedrez al revés. Por inducción: se empieza por los resultados y se llega a las causas.

 

Buscar una cosa /ROBERTO JUARROZ

Buscar una cosa es siempre encontrar otra.

Así, para hallar algo, hay que buscar lo que no es.

Buscar al pájaro para encontrar a la rosa, buscar el amor para hallar el exilio, buscar la nada para descubrir un hombre, ir hacia atrás para ir hacia delante.

La clave del camino, más que en sus bifurcaciones, su sospechoso comienzo o su dudoso final, está en el cáustico humor de su doble sentido.

Siempre se llega, pero a otra parte.

Todo pasa.

Pero a la inversa.

Cuando nos disponemos a liberar emociones estancadas y/o patrones de pensamiento caducos, jugamos con un balanceo entre extremos que conducimos a lo largo de los recuerdos del alma quien guía la dirección hacia donde está la salida, pero nosotros somos los conductores del vehículo. Si nos movemos aún en intensidades o extremismos, ese movimiento puede estar guiado en parte por el impulso del instinto de supervivencia lo que muchas veces acaba en juicios o en un victimismo acusado. No sólo es recomendable no quedar atrapados en estas emociones y pautas, sino que las consecuencias que acarrean suelen dejar un rastro de culpa, que como una estela nos persigue en el tiempo y para borrar esta marca se hace necesario profundizar. En las profundidades se encuentran verdaderos tesoros pero hay que estar dispuesto a dejar de ver la luz del sol que calienta por un tiempo y aprender a observar desde la quietud mental que ilumina el fondo con desapego de expectativas y libres del juicio determinante.

Una vez que has buceado por estos laberintos sales a coger aire y devolverlo de nuevo, esta vez más puro que aquel que un día respiraste. Nuestra alma busca expandirse renovada, permítete que alcance nuevos horizontes.

La constante evolución que sutilmente pide nuestra alma, impresa como si de un tatuaje o un jeroglifo en los laberintos internos se tratara, se abre paso a través de "señales" que buscan una amplificación de la conciencia.

El avance está marcado por la incomodidad que produce el desequilibrio que se da precisamente para forzar la puesta en marcha, y los tiempos serán dados según la magnitud de alcance y el desarrollo interior hecho con anterioridad. Aunque no es imprescindible apurar ni tiempos ni espacios, sino ver más allá de los avances y retrocesos y de la presión o falta de espacio internos.

Alternancia con momentos de disfrute y calma, para dar lugar a la vida que acontece así sin más, sin saber, sin esperar...como en un juego. Somos búsqueda...y encuentro. Lo que sabemos...y todo lo que ignoramos. Lo que ha acontecido...y lo que está por llegar. Y con estas tres premisas vamos espiralando por todo lo que se da en este preciso momento, quizás ser conscientes de este movimiento es la verdad que necesitamos.

"Si fuéramos en cada instante conscientes de lo que sabemos, si, por ejemplo, el sentimiento de la falta de fundamento de todo fuera a la vez continuo e intenso, nos liquidaríamos y nos dejaríamos invadir por la idiotez. Se existe gracias a los momentos en que se olvidan ciertas verdades, y ello porque durante esos intervalos se acumula la energía que permite afrontar dichas verdades."

"Escribir es un alivio extraordinario." Emil Cioran.

Resiliencia es reconocer el dolor y mirar las fracturas con intención de transformarlos a través de un movimiento. Salir de la zona de sufrimiento generada por un bucle de recuerdos no es fácil. Se requiere perseverancia y fe, en nosotros y en que una vez que tomemos la decisión el mecanismo se empezará a mover para que paso a paso el camino aparezca. Una vez en el camino el rodaje lo da la constancia en el tiempo, la actitud que adoptamos y la confianza que vamos restaurando. Lidiamos frecuentemente con la dualidad, aunque va desapareciendo en algunos ámbitos según transcecendemos las heridas. El dolor en bruto tiene una forma escarpada, que produce miedo y vértigo. El miedo como factor inesperado, como una vertiginosa conciencia estremecedora de una realidad que se descubre en un momento concreto, aunque siempre haya estado ahí. El miedo como final demoledor de la inconsciencia o como ruptura de un estado de gracia. El miedo como ego. Sin embargo, caminando entre los colores de la noche, podemos ser capaces de considerar como una cuestión académica lo que sentimos. Cuando lo reconocemos su forma pierde agresividad y se torna más redonda y maleable. Cuando damos el paso para transformarlo adquiere una superficie más lisa y simple, como un tablero donde se desarrolla una ponencia y la integración del espectador en el conjunto, le persuade de que el espacio desde donde contemplaba la partida esté incluido en ésta. Sino que su participación consiste en indagar y descubrir el siguiente movimiento. Cuando interiorizamos esa impermanencia el camino clarea y el andar se vuelve más liviano.

"Hay una relación armónica fundamental en la naturaleza del universo. De las proporciones surge la dinámica que vemos en nuestra realidad y las relaciones de diversas escalas y fuerzas. Todas las fuerzas son resultado de una dinámica que está en el universo en una relación armónica resonante. Eso es la ciencia de resonancia".

Nassim Haramein.

Se dice que la perspectiva define la mirada y la mirada define la reacción, aunque en los mundos sutiles, y tanto el arte como el simbolismo se mueven con agilidad en ellos, hay una tercera parte más o menos volátil según el desarrollo de percepción que alcance nuestro ser y es la intención tanto en dar como en recibir.

La perspectiva indica una dirección con altura para dar mayor amplitud a la reacción que se produce en nosotros y tendrá la resonancia del fondo del que parte y al que llega como receptor y que hace las veces de sonido envolvente.

En el arte existen patrones geométricos que protagonizan la mirada del artista, así pues en innumerables pinturas , se pueden observar centros de atención concretos para la fluidez en la lectura de la obra.

Algo parecido ocurre cuando nos expresamos, incluso en aquello que aún permanece oculto a nosotros.

El catalizador se encuentra en el campo que reviste el llamado corazón de Torus, que marcará el ritmo. Según información extraída del centro de investigación educativa Jain 108 Academy, con un amplio currículum en geometría sagrada, el primer órgano humano que se formó en el útero no fue el cerebro sino el corazón: el punto quieto que se se denomina corazón Torus o corazón superior. Partiendo de esta premisa un campo electromagnético comienza a envolver el embrión que tú eras convirtiéndote en un imán, una invitación a la dualidad para establecerse con sus campos de contra-rotación: usando el término electro como principio de la energía masculina "lo que extrae" y magneto como el principio de energía femenina "lo que atrae" y que reflejan los movimientos de expansión y contracción. El núcleo es el Torus Heart que es la bujía, el rayo que conecta arriba con abajo. Toda Memoria que se almacena vibracionalmente en forma (Cristal) y toda la sangre que es el ADN debe pasar por sus puertas. El sentido de ciclicidad, de repetición, de principio y final, (El Alfa y Omega en griego y en hebreo Alef y Tav) adquiere así dimensionalidad dinámica, transformación y elevación.

Es nuestra responsabilidad vivir aquello que tenemos bajo nuestros pies y por delante aunque para ello necesitemos una reconciliación con un pasado que sigue dando sus frutos. Porque el corazón tiene muy claro dónde va, aunque esté descubriendo cómo hacerlo.

Vamos comprendiendo así que la mente nos conecta con el espíritu, el vacío propicia nuestro reconocimiento y el corazón mantiene el vínculo en equilibrio.

La virginidad es un campo inexplorado donde habita la libertad del ser, ésa que abarca el espacio del juicio y las expectativas haciendo de enlace entre lo que sabemos y lo pendiente que traerá el libre albedrío. El autoconocimento es un bálsamo azulado que interactúa con los demás y con el entorno conformando el respeto y la prevención que participan en la fluidez del universo. Todos somos constructores del tiempo y responsables del mantenimiento del espíritu. Estamos aprendiendo a vivir y todo aprendizaje comienza cuando reconocemos la existencia de lo oculto.

No son líneas rectas las que nos unen o separan sino ondas que convergen. Caminando por senderos que suben y bajan vamos comprendiendo que no era la profundidad de la garganta lo que importaba sino la musicalidad de la voz que fluía a través de ella. Los ecos insisten en adherirse a las paredes pero son efímeras repeticiones que terminan disueltas en el silencio, un silencio que las recibe como si las estuviera esperando,como si las estuviera escuchando. Las cenizas del deseo urgente se han vuelto olvidadizas y ahora son deseos latentes y rítmicos que se respiran e inspiran dilatados, como esos versos de Fernando Pessoa que decían que: El binomio de Newton es tan bello como la Venus de Milo.

Mirar de frente e imaginar que no vemos, cambiar el sentido de la ceguera que por mucho tiempo opacó los ojos de la tierra y empezar a crear con conciencia. Dejar de tratarnos con la violenta rapidez de todo lo que se nos escapa y que cuanto más corre nuestro empeño por alcanzarlo, más nos separamos de nosotros y de ello. Claudicar a la vida con la notoria dedicación de ser cada día más humanos.

Somos seres funcionales que nos relacionamos, creamos vínculos con nuestro ser y con otros seres y el entorno que nos rodea damos forma al conjunto mientras todo se mueve y cambia constantemente. No es una empresa fácil, por eso nos cuesta en ocasiones reconocernos en ella. Cada maestrillo tiene su librillo y su brillo. Cada persona puede considerarse como una biblioteca llena de libros y éstos a su vez un compendio de capítulos, páginas, frases y palabras, impregnado todo ello a su vez de la energía que resulta del contacto y conexión entre la persona en cuestión y todas aquellas que se cruzaron en su camino en ésta y otras vidas. Esa biblioteca es una gran flor de la vida interactuando con otras flores y construyendo un jardín universal.

La alegría que envuelve la comprensión de cada parte y de la globalidad que formamos y nos une es, como decía Leonardo da Vinci, el placer más noble que podemos experimentar y la aceptación de esta empresa el sentimiento de gratitud más elevado que podemos plasmar en la eternidad.

Verónica Esteban Esteban.

 



Phi es la relación de lo menor con respecto a lo mayor y lo mayor al total. Se obtiene a través de la secuencia fibonacci, que se puede ver reflejada en algunas de las imágenes. Es un sentido armónico de relación.

En muchas obras de arte y en la naturaleza misma podemos observar el uso de éstos patrones fractales que nos ayudan a enfocar y expandir al mismo tiempo, o dicho de otro modo, el foco ilumina la cuestión que abre la puerta al entendimiento del corazón y éste se expande en amor.

La alquimia es el orden geométrico, la composición y trans-sustanciación de los elementos esenciales de la creación, un mapa sin editar del Universo que describe tanto el Sol exterior como el Sol Interior.

De la segunda dimensión nació el orden. Una vez que todos los fractales fueron despedidos desde el Caos, la lógica los reunió perfectamente, componiendo una sinfonía geométrica de infinitas octavas, clasificándolas en color y frecuencias vibrando, creando ritmo en el infinito desde la creación inicial y conformando así los dos grandes pilares.

Todo es luz y todo es energía.

La unión de ambas dimensiones fue el origen de la energía, pues cuando el ritmo y la armonía danzan conjuntamente, se crea la melodía. Este Principio es la semilla profunda de la vida. Aparece entonces la polaridad y la unión de lo femenino y lo masculino, el inicio de la creación sin fin, y el nacimiento de la pura consciencia y el Amor Universal.


Cuando se crean puentes entre personas, el tiempo con su perseverancia, es un cordial aliado que nos permite iluminar lo que se ha creado.

Y a su vez, el amor con que se establece ésa unión es lo que hace que perdure en el tiempo. La solidez de los hilos que unen a esas personas viene dada en un principio por la cercanía, trato, dedicación y sinceridad con que se establece la conexión.

La sostenibilidad se vislumbra en la voluntad de entendimiento. La indiferencia es un marcado signo de desamor que nos recuerda el desequilibrio en el que se encuentra cualquier tipo de relación. Pues un puente no se sostiene de un solo lado.

 

Verónica Esteban Esteban.


LETRA DE CANCIÓN

La literatura, la filosofía y el arte en general dan una visión del amor y del deseo extensa en sus formas y funciones.

Desde un punto de vista más especifico, este proceso de constitución subjetiva puede ser profundizado desde la relación entre la Necesidad, la Demanda y el deseo.

Si consideramos que el amor es una construcción constante, podríamos considerar que el deseo es una parte relativa de éste, lo que en el psicoanálisis estructural de Jacques Lacan, se articula dentro de la cadena del significante. Para Lacan no solo las palabras, sino también los objetos, las relaciones y los síntomas pueden ser vistos como significantes. Un significante es tal cosa cuando ha sido inscrito en el orden de lo simbólico. Por lo que cabe añadir que para que el sujeto de respuesta a su deseo, éste debe ser articulado dentro de la Demanda. Sin embargo, para que esta dialéctica confluya, el deseo debe transformarse en algo distinto, y así se permita el paso al exterior.

Una reestructuración, el significante aporta la función de metáfora, permitiendo que el significado de la Demanda sea algo más allá de la Necesidad bruta. Lo que el significante hace, no es traducir la Necesidad sino remodelar, creando un deseo distinto de ésta. De esta manera, el deseo "final" por así decirlo y la base del amor "es la Necesidad más el significante." Al respecto, Lacan afirma: "Ningún deseo puede ser acogido, admitido por el otro, salvo a través de toda clase de mediaciones que lo refractan y lo convierten en un objeto de intercambio"

En Rojo y Negro, Stendhal, se preguntaba "En un amor siempre hay un triángulo. ¿Es nuestro el deseo?" A lo que después del análisis de Lacan, podríamos contestar que no únicamente, si lo relacionamos con el amor.

En una construcción se unen diversos factores que no solo diversifican en pro de un bien común, sino que de algún modo legislan la consideración de la dualidad como esencial para ejercer el libre albedrío y no caer en las condenas desmesuradas que promueven actitudes poco maduradas, donde se confunden autorreferencia con referenciarse. El simbolismo del deseo nos lleva a hacer un amor real. Sintamos la realidad.

Verónica Esteban Esteban.



En este álbum podrás encontrar inspiración visual para dar soporte a tu creatividad en relación al texto, puedes hacer un ejercicio de relación simbólica guiada por la esencia de tu Kokoro. Deja que sea una o varias de las esencias primordiales quienes arriben en las imágenes y anota lo que te sugieren. Si quieres compartir tus descubrimientos o aportar nuevas curiosidades no dudes en usar el formulario que tienes a continuación. También puedes comentar tus impresiones en el apartado de comentarios, si lo deseas, y aparecerán como estación para otros viajeros. Buen viaje

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